Mucho se conoce ya sobre la obra
de Greg Stafford y un poco sobre su vida también.
Yo, que no lo conocí, solo puedo
hablar de lo que supuso para mí, el que este hombre viviera su vida como lo
hizo.
Fui un adolescente, que pasaba
largos veranos en un pueblo con poco que hacer, mucho tiempo libre y sin
tecnología a mi alcance. Y no era el único.
La lectura de libros,
libro-juegos, cómics, los juegos de mesa, programas de radio grabados en cintas
de casete y algún programa extraño en TV2, eran nuestra pequeña ventana al
universo de la creatividad y la imaginación.
Un verano, uno de mis primos,
apareció con algo de lo que no había oído hablar jamás, un juego de rol.
En esos primeros años, dentro de una
afición que desconocía, pasaba por alto los nombres de los autores que
aparecían al principio de los libros de reglas.
Lo importante eran todos esos portales
a otros universos y periodos históricos que se abrían ante nosotros.
Ya no éramos simples lectores o
espectadores de esas aventuras, éramos los viajeros que saltaban en el tiempo o
recorrían el multiverso, los protagonistas, incluso los héroes.
El hambre por las historias que
me emocionaban, me llevó a localizar las tiendas especializadas, ocultas en mi
ciudad.
Debéis saber que, en aquel tiempo,
pocos tenían acceso a internet y la mayoría de información se conseguía por el
boca a boca, las revistas y las cartas en papel.
Si nadie te decía que había una
tienda a 20 minutos de tu casa, esa tienda no existía.
Con esfuerzo, conseguí todas las
publicaciones en castellano del juego que más me gustaba, el Rune Quest, y sus
suplementos en Glorantha.
Aquel mundo era fascinante,
extraño y misterioso, plagado de personajes, culturas y mitos, reconocibles y exóticos
a partes iguales.
En los institutos por los que pasé,
a los que llegaba solo, sin conocer a nadie, mi instinto más fuerte era el de identificar
a aquellos que compartirían mis viajes.
Reclutaba jugadores como lo haría
ese "extraño misterioso que entra en una taberna buscando valientes para
una misión".
Así fue como conocí a fantásticos
compañeros de aventuras y ellos, a su vez, me presentaron a otras gentes y
lugares.
Formaba una nueva familia en cada
lugar en el que permanecía el tiempo suficiente.
Sin embargo, poca gente encontré
interesada en Glorantha. Sabía que estaban ahí fuera pero ¿dónde?
El acceso a internet fue la
última ventana que necesitaba, para localizar a esa gran familia de la que
formaría parte.
Aquellos años fueron de sorpresa
y aprendizaje. Descubrí que solo había rascado la superficie.
La gran cantidad de seguidores,
páginas y material en inglés, me motivó a aprender lo necesario para
entenderlo.
Contacté con personas que
compartían mis gustos pero, tenían su propia visión, senderos diferentes que me
harían replantearme mi propio camino y mis ideas.
Dejó de ser un simple juego, se
debatían ideas interesantes. Era importante saber cómo construir una historia,
que sensaciones querías transmitir, a quién la ibas a presentar, que personajes
eran los adecuados y la forma de interpretarlos.
Comencé a preocuparme entonces
por aquellos que habían dedicado sus vidas a desarrollar todos esos
sistemas y universos.
Por primera vez, fui consciente
de lo que había conseguido el señor Stafford.
Había una pequeña broma, en el
grupo de GloranthaHispana, cuando Mr. Stafford escribía algo nuevo sobre
Glorantha, que parecía contradecir lo anteriormente publicado, y usábamos la
expresión de que "había sido Greguizado" para indicar esos
cambios. :)
Por esa época surgió también la
máxima "Tu Glorantha Será Diferente" (YGMV - Your Glorantha May
Vary), para indicar a todos los seguidores del mundo que, no tenían por qué
buscar una corrección oficial para contar sus propias historias,
podías hacer tuya Glorantha.
Leí lo que se escribía sobre él y
donde había nacido su inspiración. Siempre me pareció interesante pensar que
las ideas que le habían inspirado a él, inspiraron después a unos cuantos que acabarían
por influenciar a otros muchos.
Imagino como cada uno de ellos
añadirá su propia visión a la mezcla y así aparecerán cosas fantásticas, una
diversidad que, de no haber sido por él, quizá no hubiera existido o sería
diferente.
Con la idea de aprender otros
caminos, comprender otras visiones, procuré conocer en persona a otros
seguidores o simpatizantes de Glorantha, RuneQuest o de algún otro juego de
esta familia.
He conseguido conocer a un
pequeño puñado de grandes personas, a quienes me gusta considerar mi tribu, mi
familia, aunque sean de esos familiares lejanos a los que ves demasiado poco,
pero que te caen muy bien, quizá porque no los ves todos los días. ;)
Pienso que estas experiencias
(unidas a otras muchas) han moldeado mi forma de pensar y de ver el mundo.
Estoy convencido de que no sería
la misma persona que soy, de no haber tenido contacto con esas ideas o conocido
a estas personas. Mirando hacia atrás, creo que me motivaron a dar algunos pasos
que di, en la manera en que los di.
Y, aunque tengo mis defectos, una
buena parte de mi parte buena, la que me gusta de mí mismo, creo que se la debo
a un viejo shamán que nunca conocí.
Quiero pensar que ahora, separado
de su ancla física, recorre libremente esos lugares que antes solo pudo visitar
fugazmente.
¡Que tenga buena travesía, Maestro!
Nota: No voy a anunciar esta
entrada en ningún sitio, solo quería dejar en el blog un pequeño
reconocimiento.
7 comentarios:
Creo que El día de las runas es el mejor homenaje que podrías rendir a la influencia que Stafford ha tenido sobre tantos de nosotros. Es para sentirse orgulloso.
:_)
;)
Descanse en paz. Desde luego para muchos de nosotros deja su huella en la historia.
:)
Gracias a RuneQuest aprendí de verdad a leer inglés. Y gracias a Stafford me interesé aún más por la mitología. Que mis mundos de juego estén casi siempre ambientados en la antigüedad clásica le deben mucho a Glorantha.
El viejo chamán nos abrió la mente a mundos no explorados. Realmente nos abrió caminos nuevos y siempre le estaré muy agradecido por ello.
La edición de Mythras que vamos a publicar estará dedicada a Greg, como pequeño homenaje.
;)
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