¡Saludos desde el distante futuro, gentes del ahora!
Hoy vengo a ofreceros un vistazo al futuro previsible en la tierra.
Ahí es nada.
Todo surge de una conversación interesante, en la que un amigo (Máster Gollum) nos apuntaba los detalles de un futuro probable con base real.
Teniendo en cuenta los avances tecnológicos
que pueden ser alcanzados primero, se espera que impacten de determinada manera
en la humanidad.
Por supuesto, hay variables y otros avances
que podrían alterar estas previsiones, pero no he venido aquí a discutirlas, si
no a aprovechar ese futuro como ambientación.
Primero repasaré los puntos ofrecidos por
nuestro amigo a modo de “historia pasada” de la ambientación (perdona si no soy
exacto).
He retocado ligeramente los textos de MG,
ya que eran comentarios separados contestando a otros:
"A mayor es el grado de desarrollo de una sociedad, menor es su índice de reproducción.
Si
en la sociedad aparecen unas máquinas pre-IA, con capacidad motriz y un grado
de interacción, ni siquiera excesivamente elevado, en el que palían la
necesidad de interacción humana, la tasa de natalidad está condenada a seguir
disminuyendo.
La
especie humana se auto-extinguirá eligiendo robots sexuales-afectivos frente a
parejas reales, si antes no acaba con ella el cambio climático. Y será mucho
antes de que esos robots tengan un desarrollo intelectual muy superior al de
Alexa.
Si
hablan, preparan la comida y se acuerdan de darte el paraguas cuando vaya a
llover, no habrá competencia. (Frase modificada de la original:
Independientemente de sexos u orientación sexual, la pareja ideal será uno de
estos robots).
Además,
si alguien siente el instinto materno o paterno ahí estará el robot niño
perfecto haciendo compañía."
"La
Ley de Moore (la podéis buscar) nos dice que el acceso a la tecnología es cada
vez más económico. Por lo que gran parte de la población tendrá acceso a estos
sustitutos robóticos tarde o temprano.
Unos
robots así pueden ser el último clavo sobre el ataúd. No hay que preocuparse
mucho de que nos “dominen”, nosotros mismos nos ocupamos de dejar una Tierra desierta
que heredar.
La
pregunta será, ¿Seremos lo suficiente rápidos para dejar un legado de silicio o
no habrán evolucionado lo suficiente para seguir auto-evolucionando?"
"El
desarrollo en biotecnología actual está mucho menos desarrollado que el de la
robótica. Mucho antes de los úteros artificiales autónomos llegarán los robots.
En
cualquier caso habría que plantearse si una humanidad generada a través de
biotecnología sigue pudiéndose llamar humanidad y no pasan a ser simplemente
bio-máquinas.
El
problema de la ausencia de niños se solucionará, si la Tierra nos aguanta, con
la muerte de la Muerte.
La
vida eterna no está muy lejos. Somos seres con obsolescencia programada pero
reprogramables.
La
manipulación genética ya la tenemos aquí y es cuestión de tiempo que sepamos
reprogramar el envejecimiento que la evolución nos ha inducido.
Las
células mueren porque así están programadas. Una ameba es eterna.
En
cualquier caso en un organismo pluricelular la muerte de una célula no implica
la muerte de todo el organismo basta con que la reemplaces por una nueva."
Y esto fue lo que dio de si la conversación.
Si bien al principio me parecía un mundo
demasiado limitado y pobre para poder usarlo como ambientación de ciencia
ficción, dejando trabajar a mis neuronas en segundo plano el rato suficiente,
comenzó a formarse una imagen.
Ya he escuchado varias veces esa idea de que “los límites alimentan la imaginación”; bien, no solo se alimenta así pero, en este caso ha funcionado.
He forzado o retorcido alguna cosa, he
añadido otras y ha salido lo siguiente.
El futuro, dentro de unos siglos.
El planeta tierra del mañana que imagino, ese que se ha salvado de la plaga que lo puebla, de la especie humana, es un mundo con grandes zonas abandonadas, miles de ciudades desiertas, con la naturaleza recuperando el territorio perdido siglos atrás.
Sin embargo, los últimos humanos aún viven aquí. La tecnología y fuentes de energía que emplean es heredera de aquellas que, por fin, respetaban el medioambiente.
Imagino a esos últimos humanos con una edad
aparente congelada en el tiempo, gracias a los avances en terapias genéticas,
que ayudaron a vencer los límites de la duplicación celular.
Pero no los quiero hacer inmortales,
prefiero que ese límite se haya extendido hasta otorgarles edades que se
cuentan por siglos, aunque finalmente todos se tendrán que enfrentar al “ocaso
inevitable de la corrupción celular”.
Al ser una población reducida, la riqueza y los recursos han sido acaparados por ellos, viviendo casi aislados en sus atalayas, las cúspides de altos edificios, palacios flotantes entre las nubes, orbitales fuera de la atmósfera o bases en otros planetas.
Seres antiguos y poderosos sentados sobre
sus tesoros como dragones, vigilando sus dominios.
En la serie Altered Carbon podemos ver ejemplos de estos humanos “eternos”. No obstante, no quiero adoptar otros detalles de esa ambientación.
La transferencia de memoria entre cuerpos no es uno de los logros de
este mundo, no se consigue alcanzar la exactitud, por lo que la copia nunca
es como el original.
Por lo tanto, más allá del dilema de “si
una copia idéntica a mí, seguirá siendo yo, cuando mi yo actual muera”, estas
copias imperfectas no sirven a los propósitos de estos humanos “longevos”.
Prolongar la vida de los cuerpos
originales, clonación de órganos para trasplantes o construcción de partes
sintéticas para sustitución, sigue siendo el único modo de alcanzar la “vida
eterna”.
Abrazo también la idea de que las I.A.
autoconscientes no han podido desarrollarse aún. Pueden existir todo tipo de
máquinas, algunas muy inteligentes, pero no acaban de ser autoconscientes,
atrapadas pues en los objetivos y propósito para el que fueron diseñadas.
Miles de estas máquinas, de inteligencia
limitada, recubiertas de forma y apariencia humana, sirven a sus amos en
múltiples tareas. Son herederas de aquellas simulaciones de compañeras y
compañeros que supusieron el drástico descenso en la natalidad.
Su mayor cualidad es la obediencia sin
conciencia. Estas imitaciones de seres humanos son prescindibles, orientadas a
ocupaciones concretas, con una lenta capacidad de reacción ante las sorpresas y
torpes de reflejos.
Ahora llego al plato fuerte de esta ambientación, pues ni los humanos longevos, ni los robots servidores se me antojan atractivos como Personajes Jugadores.
Mis protagonistas nacen pues de un límite que me he autoimpuesto. Hace un momento hablaba de los problemas para transferir la memoria a otros cuerpos.
Sin duda es un campo que los
humanos “centenarios” han estado investigando. Conscientes de su fin, ya que no
pueden obtener un clon idéntico, desean dejar un legado tras de sí, pero evitarán repetir ese error que fue la especie humana, que casi se destruye a sí
misma.
Aquí doy un salto tecnológico, una nueva
meta alcanzada en “cerebros artificiales” y cuerpos sintéticos, similares a los
que podemos ver en la serie Westworld.
Aunque no se puede transferir una copia
exacta de una mente humana, como la de sus creadores, si se ha conseguido dotarles
de recuerdos, de una vida pasada. Experiencias vitales que los hacen “humanos”.
Una nueva especie humana sintética, con un
control preciso de natalidad, “solo los necesarios”, calculado, vigilado y mantenido por los
ordenadores más avanzados.
Desprovistos de la capacidad de engendrar nueva vida, creados directamente en forma adulta, con más facilidad de ser reparados que un cuerpo orgánico y con más vida útil, aunque mucha menos que la de sus creadores. Estos nuevos humanos, con una forma de “libre albedrío autorizado”, sería el origen de los Personajes Jugadores en este Mundo Futuro.
El legado de una humanidad extinta, una
imagen de aquella, que en un futuro, aún más lejano, podrá a su vez evolucionar,
si consigue romper los límites con los que fueron creados, mucho tiempo después
de que sus creadores hayan desaparecido.
Fue aquí donde empezaron a brotar ideas de aventuras, algunas sacadas del cine o las series y también otras más personales. Tengo una idea de aventura inicial que me atrae bastante.
Pero sigo un poco más.
Este mundo me parecía un poco simplista sin
ningún tipo de disidencia. Así que, no todos los humanos orgánicos comparten los mismos deseos que los creadores de la “nueva humanidad sintética”.
Pequeños reductos de humanos longevos, con
menos recursos, han abandonado sus vidas de lujo y los cuidados que extienden
su longevidad, buscando la reproducción natural, persiguiendo el renacer de la
humanidad. La verdadera.
Ocupando zonas abandonadas, intentan
rehacer sus vidas desde cero, junto a los primeros niños naturales engendrados
en mucho tiempo.
Los antagonistas de la humanidad natural frente a los tradicionalistas que retornan a las ideas de un mundo extinto.
Hay un corto en la segunda temporada de Love, Death + Robots, ese titulado Respuesta evolutiva, que me dio una
pista de lo que podría suceder en algunos lugares.
Ahora si lo dejo.
Esto es solo una parte de lo que he
escrito, hay detalles jugosos, descripciones detalladas, que me reservo para
dirigir mis partidas o quizá publicar alguna aventura en el futuro. El tiempo
lo dirá.
Que el futuro os trate bien, amigas/os.