jueves, 7 de mayo de 2020

Ungüentos, elixires y venenos en Coronaburgo


¡Saludos, coronaburgueses y visitantes de otros confines!

Parece que la buena gente de grapas&mapas lo volvió a conseguir. Un gran éxito el de este proyecto solidario que me llamó la atención y en el que planté mi pequeña parcelita.
¡Y por poco no llego a tiempo! 

Aquí podéis leer más sobre Coronaburgo y visitarla.

La tienda del Gnomo Alquimista

Sobre la aportación que os comentaba, bueno ¿sabéis qué? Mejor que os lo cuente un tipo que se mueve por allí.

Lo que nos cuenta Donet McMuffin sobre la Tienda del Gnomo

Cuando uno pasa frente a la Tienda de Modius Huntar puede observar un triple cartel de tablas de madera barnizada, cada una colgada de la anterior.
La superior muestra en un grabado a dos jóvenes alegres unidos por un corazón. Ella no le está mirando a él, te mira a ti mientras sonríe y resulta bastante inquietante.
La siguiente presenta a un guerrero encorvado por el dolor de espalda y a un curandero que le aplica alguna clase de remedio para untar.
Por último, en la que cuelga más bajo, podemos ver una botellita volcada, marcada con una calavera, verter unas gotas sobre un trozo de queso y al lado una rata muerta.


Nada más entrar descubrimos que está bien protegida contra intrusos; un largo mostrador y unos barrotes nos separan del viejo gnomo y sus productos.
La puerta y las contraventanas son recias, están preparadas para poder ser atrancadas desde el interior cuando cierra la tienda.
Daría la sensación de estar en una celda, de no ser por las sillas cómodas y el buen olor que proviene del interior.


El gnomo nos mira fijamente al entrar y justo cuando nos acercamos dispuestos a decir algo, se adelanta con su presentación.

“Bienvenidos a la humilde tienda de Modius Huntar. Aquí podrán encontrar todo tipo de productos, desde sales aromáticas hasta venenos para plagas.
Dispongo de varios remedios probados contra dolores y verrugas, aunque si desean algún tipo de ungüento o elixir personalizado puede encargarlo.”

Después permanece expectante a lo que tengamos que decir.


Es posible que hayáis escuchado historias sobre él en Coronaburgo y no me extrañaría que fueran todas ciertas.
Se dice que ese no es su verdadero nombre, que lo adoptó al venir aquí.
Quién me habló de esta tienda me aseguró que, gentes de alta condición y poder, acuden a pedirle encargos especiales para eliminar el tipo de plagas que preocupan a esos notables, si ustedes me entienden.
Y cuentan en los tugurios menos respetables que un grupo de buscavidas intentó robar al Gnomo; ya está, eso es todo, nadie los ha vuelto a ver.


La primera vez que entré solo buscaba información sobre un envenenamiento, me hice el tonto y Modius me siguió el juego unos segundos, para después dejarme claro que me había calado a la primera.

Ese Gnomo es tremendamente astuto y suspicaz, me dio un dato sin implicarse y me dejó pensar que era yo quien tenía la situación controlada. 

Quería más detalles, así que, se me ocurrió amenazarle.
Modius me preguntó si había oído hablar de la clase de clientes que suelen venir a hacerle encargos.
Dando por hecho que mi respuesta sería afirmativa, prosiguió sin dejarme hablar:

“Aunque a usted no le preocupen las reacciones de esos ciudadanos respetables y pudientes, al conocer que un amigo tan apreciado para ellos ha corrido algún riesgo, dígame ¿Está dispuesto a pasar el resto de sus días preparando usted mismo todo aquello que coma o beba, para estar seguro de que... no le sienta mal?”

Me lo soltó sin perder la compostura o la sangre fría, manteniendo la mirada. Y en un tono apacible que me heló la sangre. Es el gnomo más intimidante que jamás haya conocido.
Parece no tener miedo, sabe mucho de lo que pasa en la ciudad, conoce a gente poderosa y es capaz de quitarse de en medio a quien sea sin pestañear.


Por supuesto, le pedí disculpas y le agradecí la indicación que tan amablemente me había dado un instante antes.


Tuve que volver días después como cliente, cuando me tiraron por unas escaleras. Casi no podía andar de los dolores. Me alivió profundamente que el remedio fueran unas friegas en lugar de algo para beber. Y funcionaron, vaya que sí.


Pero nunca olvidaré que ese maldito gnomo me llamó por mi nombre ¡Y juro que nunca se lo llegué a decir, lo juro!


La galería del ilustrador: Egil Thompson

Bueno, aquí tenéis todo un personaje que podrían encontrar vuestros aventureros en sus correrías de FantasíaClásica, de la Vieja Escuela o tantas otras, que también merecerían un manuscrito que las presentara en toda su extensión.

¡Que gocen ustedes de buena salud y en caso contrario, busquen al gnomo alquimista más cercano!

4 comentarios:

Runeblogger dijo...

Muy currado, sí señor. :-) Se le ve hábil a este gnomo.

Thorkrim dijo...

¡Gracias! :D
En realidad es un personaje no jugador rescatado de una campaña antigua de fantasía, dirigida en mi propio mundo, de antes del blog. Fueron dos las personajes jugadoras las que entraron a su tienda y pensaron que sería fácil engatusarlo pero, lo que les dijo y como se lo dijo les metió el miedo en el cuerpo. ;)
No volvieron a intentar nada raro. xD
Prácticamente lo he basado entero en aquel encuentro, cambiando los nombres y algún detalle.

Eihir dijo...

Magnífico personaje, lástima que en Glorantha lo más parecido sean los Elfos Rojos de los pantanos.

Thorkrim dijo...

Gracias! 😊
Siempre lo podemos transformar en un señor bajito 😁