lunes, 23 de marzo de 2015

Saqueo Vikingo!

¡Spoiler! ... err, quiero decir, ¡saludos!

Voy a destripar lo mejor del cuarto episodio (Scarred) de la tercera temporada de la serie, ¡no sigas leyendo insensato!. Si ya lo has visto y necesitas alguna explicación, adelante.

Voy al asunto.
Siggy se tira al agua helada para salvar a los dos críos que "han sido atraídos hasta el lago de manera misteriosa". La primera vez que Siggy emerge a la superficie, alguien la ayuda a sacar del agua al niño, la mujer ve a Thyri, su hija, que murió de enfermedad, mirandola cariñosamente junto al borde en el hielo. Perdió a Thyri durante la plaga, al final de la primera temporada, cuando Lagertha está al mando en Kattegat y Ragnar cae presa del frío encanto de la princesa Aslaug, lejos de casa.

En mi opinión, la visión de Thyri, es la imagen que adopta una valkiria para llevarse a la mujer (Siggy) al Valhalla, pues ha demostrado que es digna, entregando su vida para salvar a los niños. Las valkirias muestran una imagen "atrayente" para conducir a los valientes caidos al valhalla, ante Odin. No hay motivo para pensar que sea el espíritu de la hija, pero si que resulta adecuado que una valkiria tome su aspecto para que la mujer acepte su destino con agrado.
Por ello, aparece la muchacha (su hija) y a continuación Harbard, para confirmar las sospechas que la mujer tenía sobre él y que no deje este mundo con asuntos pendientes.
Algunos moribundos sonríen cuando llega el momento, quizá una valkiria ha venido a recogerlos o han visto respondida alguna pregunta que les inquietaba.
Harbard, el vagabundo, es claramente el mismo Odin pero, en el episodio anterior, cuenta una historia, como si la hubiera vivido él, que es una leyenda asociada a Thor, en la que éste visita la corte de Utgard-Loke, rey de los Gigantes, quién lo reta a varias pruebas.
Por todo lo que hace y dice Harbard, no puede ser Thor ni Loki, tiene que ser Odin, aunque bien puede haberse apropiado de la historia de Thor para que no resulte tan evidente su verdadera identidad. Se creía que, el Padre de Todos, vagaba de este modo por Midgard, bajo muchos nombres y aspectos diferentes.
Al final de este episodio, Harbard, se despide diciendo a la reina Aslaug (hija de una valquiria) que su amiga (Siggy) está en el Valhalla y puede comprobarlo preguntando al "Seid" o adivino. Recordemos que, ante la llegada de Harbard, este oráculo había perdido la habilidad de ver mensajes de los dioses pero, ahora que se ha ido, seguro que puede de nuevo. Y esto es así por voluntad de Odin.
El comportamiento de Odin/Harbard podría resultar extraño, pero encaja bien. Llega herido y se le ofrece buena hospitalidad, sanación y alimento. Odin, a cambio, mitiga el dolor de Ivar "Sin-huesos" (Boneless) y le da a la reina Aslaug otro hijo. A Siggy le ofrece una prueba, la oportunidad de demostrar valor y ganar el Valhalla, donde se reunirá con su esposo e hijos/a muertos.
A Helga, que yo recuerde, no le ha dedicado su atención, pero ella no es nadie importante, no ha hecho nada para ganarse el interés de los dioses. Lo que puede ser malo o muy bueno ;P
Photo Credit: Jonathan Hession/HISTORY

Tiene gracia que, desde su llegada, Harbard me ha recordado poderosamente a otro personaje muy posterior, me refiero a Rasputín :D

Creo que, en la serie, pretenden resaltar la diferencia entre ambas religiones, entre el Dios cristiano y los Dioses nórdicos. No creo que se centren en ello, solo dará mayor riqueza a la trama principal.
Por un lado, te muestran a personajes angustiados que se sienten atraídos por el Dios cristiano. Un Dios que no se mezcla en la vida de los hombres y les ofrece salvación al final, a todos. La Fe es lo que impide a algún personaje abandonarlo sin más o ignorarlo una vez conocido.
Por contra, Odin, los otros dioses nórdicos y algunos seres semidivinos, se involucran en la vida de los humanos, envían sueños o visiones, caminan entre ellos y se aparean con ellos. La Evidencia de que existen se observa diariamente en las vidas de los hombres, sobre todo de los importantes. La mayoría de los personajes son incapaces de negar que existen o librarse del temor a desatar su ira.

Bueno, al margen de lo anterior, este episodio tiene unos cuantos detalles muy divertidos, conversaciones entre algunos personajes, técnicas naturales para esterilizar heridas y reacciones ante algún suceso inesperado.
No he visto el quinto episodio pero este apunta a convertirse en uno de los mejores de la temporada.

¡Buen saqueo!

miércoles, 11 de marzo de 2015

Bajo el yugo de un Primigenio.

La ciudad congrega a miríadas de cultistas. Surgen barricadas bloqueando las calles sin un patrón definido. Se levantan por doquier monumentos impíos, destinados a agasajar a los seres ignotos que acudirán atraídos por la locura que emanan. A lo lejos, se escucha un sonido constante, ráfagas de pequeñas explosiones, único testimonio de la batalla sin tregua que libran las mermadas fuerzas del bien contra seguidores de los poderes insondables. Por las noches, se entonan ya las letanías y cánticos aberrantes de los sectarios que, exultantes ante la propagación del caos, no cesan en sus turbadoras ceremonias. Por el día, los pocos que osan aventurarse fuera de sus refugios, encuentran los restos pútridos de las demenciales ofrendas nocturnas. Ni el estomago más firme aguanta indiferente frente al nauseabundo hedor de la ponzoña que rezuma en cada rincón.
Poco queda para la noche del abyecto ritual donde, miles de adoradores fervorosos y víctimas enajenadas, veneran extasiados ante incontables hogueras a esa hedionda criatura, abotargada aberración infecta de mente etílica, que medra en la inmundicia y la abnegación de los idólatras.


Pavoroso final flamígero de unas jornadas delirantes, rematadas por el amanecer más disonante y sobrecogedor, una mañana en que la mugre reseca, la roña y los repulsivos efluvios, se han tornado en montones de ceniza, dejando la sensación de una horripilante pesadilla sufrida, diluyendose lentamente. Salvo en aquellos malditos con una memoria hermética o un olfato aguzado, que aún pueden recordar y percibir, bajo la ilusión cotidiana, el repulsivo remanente de aquellos actos grotescos, la exaltación de un ser abominable destinada a perpetuar su ominoso yugo sobre las mentes embriagadas de ese júbilo malsano.

He aquí el ansiado sueño de los alienados guardianes de la verdad y la razón. ¿No actuarán finalmente contra esta envilecida liturgia aquellos renombrados investigadores de los mitos arcanos?, ¡despierten la naturaleza salvaje de las llamas, ahora serviles, sobre ese mal corruptor que merece ser devorado!
¡Qué glorioso despuntar del alba sería aquel, en que los montones de ceniza aglutinaran a su vez los rescoldos de efigies, fanáticos y la deleznable babosa purulenta a la que rinden culto!